A todos los que hoy en día se les llena la boca con la palabra democracia yo quiero decirles que sin perjuicio de rebuscar en los anales de la historia el origen griego de la palabra y descubrir lo poco que la nuestra, por concepto y por derechos, por fortuna, se parece a la antigua democracia helena, "democracia" en el siglo XXI y en Europa es una palabra que debe principalmente significar el derecho a hablar y a ser escuchado, y no solamente el derecho a elegir periódicamente a nuestros gobernantes y dirigentes. Este último derecho está perfectamente asumido, y no necesita mayor aclaración, pues parece que es el único que todos aceptamos y entendemos. El otro derecho, sin embargo, cojea; y lo hace desde las mismas entrañas de la constitución y los estatutos de autonomía, en los que se acota todo aquello sobre lo que se puede y no se puede ni opinar ni decidir. A mí, sincera y personalmente, me gustaría de verdad saber qué opinan el pueblo catalán, el vasco y el gallego, sobre la posibilidad de convertirse en un estado independiente. Creo que todos deberíamos saberlo. Yo quiero y exijo saberlo, pues me asaltan muchas dudas sobre si el ejército español y la constitución defienden el derecho de la mayoría vasca y catalana y gallega a ser españoles o por el contrario sirven para reprimir a una mayoría vasca y catalana y gallega que quiere ser independiente. Y para mí no es lo mismo ser ciudadano de un estado opresor que se impone por la fuerza, aunque sea la fuerza de la ley, que serlo de un estado libre y democrático que protege y defiende las libertades de todos, incluso la de aquellos que quieren abrir la puerta y marcharse. ¿Es España una casa inmensa o una inmensa cárcel?
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