Mientras tres parques nacionales han sido rodeados o están
siendo directamente calcinados por el fuego (Garajonay, Doñana y Cabañeros) el
único acto de presencia del ministro de medio ambiente desde el 2 de agosto hasta
hoy ha sido para ir a los toros con el rey. Yo creo que en este país tenemos un
problema con eso de irse a matar bichos o ver como otros los matan cuando las
cosas no van bien. Con la prima de riesgo por las nubes el gracioso Juan Carlos
se fue a matar elefantes a África. Mientras
el Prestige se hundía en el Atlántico llenando de chapapote hasta las
orejas a los gallegos, el difunto Fraga, que en guerra descanse, y que entonces
era presidente de la Xunta, se fue a una montería al tiempo que el entonces ministro portavoz
del gobierno (Rajoy, por si alguien lo ha olvidado) acudía al congreso de los diputados para soltar aquello de que lo que salía del petrolero hundido eran, a ver si me explico, “cuatro hilillossssss
como de plastilina” (sic). Ahora este Arias Cañete se va a una corrida en Cádiz
mientras media España arde como una
falla valenciana y se queda tan tranquilo. Desde luego lo de
ministro de medio ambiente le viene que ni pintado, porque al paso que vamos ya no nos va a quedar más
que eso, la mitad, y además ahumada.
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