domingo, 8 de agosto de 2010

Michelle Obama en Granada

No pude evitar sorprenderme al leer en un diario granadino que la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Maria del Mar Villafranca, no pudo acompañar a la esposa del presidente de los Estados Unidos en su visita al recinto por motivos de seguridad. No sólo me cuesta creer que la señora Villafranca pueda suponer ningún riesgo para la seguridad de la primera dama estadounidense y su séquito, sino que me extraña que se rechace por parte de los ilustres visitantes el honor que hubiera supuesto que la máxima responsable del monumento más visitado y carismático de España les guiara en su visita. Me sorprende igualmente, y además me indigna, el poco respeto que han mostrado por los profesionales del periodismo, llegando a confundirles deliberadamente en cuanto al recorrido previsto, e impidiendo que se tomaran fotografías, o llegando incluso a confiscar las ya tomadas, siempre bajo la excusa de que se trataba de una visita privada. Por eso me gustaría decirle, a la mujer del presidente de los Estados Unidos, que las personas que vienen a Granada en visita privada no pueden recorrer la Alhambra a las ocho de la tarde porque esa es la hora a la que cierra el recinto. Michelle Obama disfrutó de un recorrido especial, preparado especialmente para ella y a una hora privilegiada, y dudo mucho que haya tenido que pagar la entrada para visitar los palacios nazaríes. A estas personas les molesta la atención que se le presta y quieren hacer valer su derecho a unas vacaciones sin fotos, pero a su paso hay que cerrar carreteras y espacios aéreos y las puertas de los monumentos se abren para ellos justo cuando se cierran para el común de los mortales. Lo mínimo que podían haber hecho es dejar a los granadinos tener una imagen decente de su visita a nuestra Alhambra; conscientes como han sido en todo momento de la expectación que su presencia ha despertado en esta ciudad. Si no quieren ni curiosos ni reporteros a su alrededor me pregunto quién les ha recomendado a esta señora y a su hija que se vengan a la Costa del Sol en mitad del verano. La verdad es que si quería discreción se ha lucido usted, doña Michelle. La próxima vez, si quiere anonimato, en vez de venirse a Marbella en pleno mes de Agosto, vaya a buscar playas desiertas en alguna isla perdida en medio del Pacífico, que es lo que la mayoría de nosotros hubiéramos hecho si tuviésemos tan solo una pequeñísima parte de los ingresos y las posibilidades que tiene usted.

1 comentario:

  1. Como podrás observar hacia tiempo no entraba en tu blog, y mira que me gusta como y de que escribes.
    Y ahora leyendo esta columna he revivido un poco la noticia de esos dias, yo también critiqué todo ese despliege de medios, medidas de seguridad, carabana de coches que se trajeron, y solo para pasar unos dias en la playa, playa que cerraron para la señora y su sequito.
    En fin, como tu dices, mira que no habrá sitios a donde ir y que esta sra.se puede permitir. Porque tampoco me cuadra que la hayan invitado para promocionar Marbella y lavar un poco si se puede su imagen, porque simplemente, no creo que lo necesite.

    ResponderEliminar