Lo que sigue es un fragmento del reportaje de Pablo de Llano publicado en el diario El País el 28 de Junio de 2020. Lo comparto aquí porque me ha emocionado.
"El
coronavirus ha sido la última prueba de resistencia para toda una generación. El 86% de los
casi 30.000 muertos reconocidos oficialmente en España hasta la fecha tenía más de 70 años. De
ellos, el mayor porcentaje superaba los 80" (...) "Al final, en sus
casas, en hospitales o en residencias, auténticas trampas sin salida, muchos
fallecieron solos, después de haber dado tanto."
"A los que
sufrieron la guerra; los que pasaron hambre durante la tísica posguerra; los
que atravesaron la larga noche de piedra del franquismo, ¡Franco! ¡Franco!
Franco!; los que tuvieron que emigrar y luego volvieron y los que vieron
emigrar a los que no volvieron; los que fueron obligados desde niños a creer en
Dios; los que iban a misa a regañadientes y los que iban dichosos; los hombres
que trabajaron y trabajaron y trabajaron y las mujeres que criaron –y
trabajaron y trabajaron y trabajaron–; los que impulsaron el desarrollismo y
pudieron comprarse su primer coche (un Simca 1200, un Renault 6, un Seat 850) y
disfrutarlo, cuidarlo, venerarlo; las que necesitaron permiso paterno para
independizarse antes de los 25 años o permiso de su marido para poder tener un
empleo y, también, las que después de todo eso pudieron ponerse un bikini; los
que nutrieron el movimiento sindical y, también, los que no lo hicieron; los
que escucharon “Españoles, Franco ha muerto” y los que escucharon “Puedo
prometer y prometo”; los que no pudieron estudiar pero un día vieron a sus
hijos y a sus nietos sacarse carreras y ser abogados, doctoras, arquitectas,
ingenieros, profesores, científicas y tantas otras cosas que tanto los llenaron
de orgullo; los que votaron al PSOE y los que votaron al PP; los que llegaron a
comprarse una segunda vivienda en la costa; los que después de una vida de
tanto curro pusieron los pies a remojo en las playas de Benidorm; los que
después de que cayera Lehman Brothers abrieron la hucha para apoyar a sus
hijos, a sus familias y a la economía nacional; los que vivían jubilados en sus
casas; los que vivían jubilados en residencias; a los miles, miles, miles,
miles de mayores que se tragó la bola de nieve del coronavirus. Descansen
en paz."