jueves, 25 de noviembre de 2010

Mas ofrece un pacto de investidura a Montilla para que los partidos pequeños no condicionen al presidente

Un pacto para ningunear a los partidos pequeños, eso propone el señor Mas. Como si detrás de esos partidos pequeños no hubiera millones de votos y por lo tanto de voluntades. Los partidos grandes tienen tendencia a pensar que han ganado unas elecciones cuando su partido es el que más escaños consigue. Y acusan a los demás de faltar a la voluntad popular si deciden unirse para formar gobierno. Según ellos el pueblo les ha encargado en las urnas la sacrosanta misión de gobernar. Mienten, se engañan, y nos engañan y nos mienten a todos. En primer lugar el pueblo no encarga a nadie que forme gobierno, el pueblo simplemente vota a sus candidatos preferidos y estos están en la obligación, democrática, de sentarse a dialogar y pactar para conseguir aunar el mayor número de voluntades posibles. Si el partido más votado se queda a cuatro escaños de la mayoría absoluta y los demás se unen como una piña para gobernar, esto no es faltar a la voluntad popular, muy al contrario, es escucharla con los oídos bien abiertos. Sumen ustedes los votos del partido más votado y los votos de todos los demás partidos y verán que esta democracia engañosa otorga un premio tan goloso como inmerecido a los partidos grandes, a saber, llegan al poder a pesar de que una inmensa mayoría de ciudadanos no quería verlos ahí. Por mucho que les pese a los de CIU, PP, PNV o PSOE los partidos pequeños no están para molestar, ni para incordiar, ni para hacer de comparsas en su bipartidismo soñado. Están para dar sentido real a la palabra democracia y para forzar el diálogo, y pactar con ellos no es traicionar a nadie, es obedecer lo que el pueblo soberano les ha ordenado. La mayoría absoluta se obtiene con la mitad más uno. Sean del color que sean. Y pese a quien pese.