sábado, 26 de septiembre de 2015

Las elecciones plebiscitarias existen

El 12 de abril de 1931 hubo en España elecciones municipales para elegir un total de 81.099 concejales para 8.943 municipios. Pero lo que estaba en juego realmente era la continuidad de la monarquía. El apoyo popular al rey Alfonso XIII estaba bajo mínimos y varios partidos y coaliciones partidarias de instaurar una república se presentaron a los comicios, los cuales fueron considerados por todas las partes concurrentes como un plebiscito sobre la monarquía.

Contrariamente a lo que muchos piensan, los republicanos ni siquiera ganaron las elecciones. Los monárquicos les superaron en número total de votos. Pero los partidarios de la república se hicieron con la alcaldía de 41 capitales de provincia (todas excepto Ávila, Burgos, Cádiz, Lugo, Orense, Palma de Mallorca, Pamplona, Soria y Vitoria). En Madrid los concejales republicanos triplicaban a los monárquicos y en Barcelona los cuadruplicaban.

No, no había habido en España ningún referéndum para que los ciudadanos eligieran entre monarquía o república, pero los anti-monárquicos consideraron el resultado de las elecciones como un plebiscito a favor de la instauración inmediata de la república. Y el primero en darse por enterado fue el propio rey. Con las 41 ciudades más importantes de España en su contra, Alfonso XIII tardó menos de 48 horas en abandonar España y la noche del 14 de abril partió para París dejando un manifiesto que publicaría dos días más tarde el diario ABC:
“Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo (…) Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia (…) y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos”
Cualquiera que sea el resultado de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre en Cataluña, diga el gobierno lo que diga y les guste a los demás o no les guste, esos comicios son un plebiscito en toda regla. La historia de España, nuestra propia historia, nos enseña y demuestra que las elecciones plebiscitarias si existen, y que no es el referéndum la única vía que tienen los pueblos para expresar su opinión y su voluntad. Y si no que se lo hubieran preguntado a Alfonso XIII.

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